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Tierra de bravos leones: patrimonio cultural

El Consejo Nacional de Patrimonio Cultural (CNPC) aprobó, por unanimidad, el Plan Especial de Salvaguardia (PES) de la Vida de Barrio de Getsemaní, consolidando su ingreso a la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación (LRPCI). Este hecho constituye un hito histórico para Cartagena y para Colombia, al reconocer que la permanencia de las comunidades en sus territorios es condición indispensable para la sostenibilidad de los centros históricos.

La vida de barrio: un patrimonio vivo

La vida de barrio en Getsemaní es una manifestación cultural que se expresa en las formas de habitar, en la solidaridad vecinal y en las memorias compartidas. Se hace visible en las conversaciones en la puerta de las casas, en las celebraciones festivas, en las jornadas comunitarias para resolver necesidades comunes, en los juegos en la calle y en las redes de apoyo mutuo que caracterizan al vecindario.

Un patrimonio en riesgo

En las últimas décadas, Getsemaní ha enfrentado presiones crecientes: el turismo masivo, la especulación inmobiliaria y la falta de políticas efectivas para regular estos procesos han provocado un acelerado desplazamiento de la población residente. Mientras en 2005 el barrio contaba con más de 5.000 habitantes, en 2025 se calcula que quedan menos de 500, lo que representa una pérdida de más del 90% de su población en apenas dos décadas.

El Plan Especial de Salvaguardia

El PES aprobado por el CNPC es un instrumento innovador que va más allá del reconocimiento simbólico. Su objetivo es garantizar que Getsemaní siga siendo un barrio habitado por su gente. Entre las medidas contempladas destacan:

  • Restaurar la vocación residencial del barrio.
  • Articular la gestión patrimonial con el PEMP del Centro Histórico y el POT de Cartagena.
  • Diseñar incentivos para la habitabilidad, como tarifas de servicios públicos diferenciadas y beneficios tributarios para residentes.
  • Impulsar proyectos que promuevan el retorno de getsemanicenses en diáspora, como La Resistencia de Getsemaní.

Un logro colectivo

La postulación de la Vida de Barrio a la LRPCI y la elaboración del PES fue posible gracias al trabajo conjunto de Gimaní Cultural, la Junta de Acción Comunal, COREDUCAR, la Institución Educativa La Milagrosa, la Escuela Productora de Cine, la Fundación Cartagena al 100%, Vigías del Patrimonio de Getsemaní y San Francisco Investments, con el acompañamiento del Ministerio de Cultura.

“La permanencia de la comunidad no es solo un derecho; es la condición que permite que el patrimonio cultural inmaterial tenga vida. Sin gente, los barrios históricos se convierten en escenarios vacíos y sin alma”, afirmó Davinson Gaviria, vicepresidente de la Junta de Acción Comunal de Getsemaní.

La Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial

La LRPCI es el principal instrumento del Estado colombiano para identificar, reconocer y proteger las manifestaciones del patrimonio cultural inmaterial. En ella se incluyen expresiones que las comunidades consideran parte esencial de su identidad, entre ellas: el Carnaval de Barranquilla, el Sistema Normativo Wayuu aplicado por el palabrero (pütchipü’üi), el Espacio Cultural de San Basilio de Palenque, la Música de marimba y cantos tradicionales del Pacífico sur y las Fiestas de San Pacho en Quibdó.

Con la inclusión de la Vida de Barrio de Getsemaní, la lista se amplía hacia una nueva categoría: la de las formas de habitar y convivir en entornos urbanos patrimoniales.

Un referente nacional e internacional

La aprobación del PES marca un precedente en la gestión patrimonial en Colombia y en América Latina. Mientras muchas políticas se han enfocado en proteger lo material —edificaciones, monumentos, paisajes urbanos—, el caso de Getsemaní abre el camino hacia modelos integrales en la lectura patrimonial que colocan a las comunidades en el centro de la preservación. Este logro demuestra que la sostenibilidad del patrimonio cultural no se mide solo en términos turísticos o económicos, sino también en la capacidad de garantizar la permanencia de quienes lo han construido día a día.

Fuente: Prensa JAC de Getsemaní.

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