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Tierra grata…

Cartagena de Indias es un territorio muy grato, la mayoría de las personas nacidas aquí son generosas, abren el corazón y aceptan como uno más de la familia a muchos de los foráneos que llegan a probar suerte en esta ciudad.

Rodrigo Ramírez Pérez, rorro@rinconguapo.com

Ese estilo de vida es muy común en los cartageneros y se ha mantenido a lo largo de los años, posiblemente, en estos momentos no es tan marcado como décadas pasadas, pues el nativo ha ido aprendido de la ingratitud.

Sin embargo, el porcentaje de extender la mano generosa sigue siendo muy alto. En estos tiempos de invasiones de la juventud venezolana, el cartagenero se solidariza y le da los espacios laborales para que generen ingresos.

Ese exceso de generosidad en ocasiones despierta el celo entre los cartageneros, por esto, entre ellos se levantan rivalidades que el foráneo sabe sacar mejor utilidad, pues muchos de los que han llegado lograron progresar, y muy pocos, reconocen que fue gracias al cartagenero generoso y solidario.

Se conocen tantos argumentos desagradecidos de foráneos que progresaron, y cínicamente, dicen no dar espacios laborales, sociales y demás a los cartageneros, porque son mejores los que vienen de afuera.

Así es la ingratitud, algunos foráneos que han progresado en esta ciudad con el pasar de los días ven en el cartagenero un problema. Les cuesta ser grato con quiénes le brindaron apoyo cuando llegaron a Cartagena y traían una mano adelante y otra detrás…

El progreso permite a las personas crecer y ocupar los espacios de poder, en Cartagena muchos foráneos sabiamente se ubican en esos escenarios y desde ahí muestran desprecio por el ciudadano nacido en Cartagena.

Cuando se hace esta reflexión, uno puede entender mejor porque somos tan controvertidos en todos los temas de la ciudad, y al final, nos convertimos en un marasmo de diretes ofensivos que nos van distanciando más de ser una sociedad cartagenera unidad para combatir, por lo menos, la corrupción que tanto daño nos hace, por el contrario, con nuestra actitud apática somos cómplices.

Esta situación nos distancia como sociedad cartagenera que, además, se le unen conductas como la discriminación por etnia, por pobreza, por loco, en fin, nos discriminamos hasta por ser cartageneros, es por esto, que estamos lejos del sentido de pertenencia por la ciudad.

Lo anterior, nos genera un caos mental que nos lleva a no ver las potencialidades de la ciudad, como la de ser una sociedad generosa, de ser el primer destino turístico de Colombia, y no precisamente por el patrimonio histórico, ni las playas, ni las islas, ni las putas, sino por el calor humano del cartagenero, eso casi nadie lo dice ni lo reconoce.

Cartagena tiene tantas potencialidades de desarrollo urbano, por ejemplo, el viaducto más grande del país, más de cinco kilómetros sobre la ciénaga de la Virgen, lo triste es que ciertos jóvenes que los papis les compran carritos y motos lo tienen como pista para hacer piques.

En otras sociedades, seguramente, la gente se sentiría más orgullosa por esa infraestructura, pues se conocen caso de obras menos representativas en otras ciudades que hacen que su gente saque mucho pecho…  

Finalmente, podemos decir, que en Cartagena pese a todo lo bueno y lo no tan bueno, su gente será la misma generosa, y por eso, siempre será una tierra grata.

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