Por un mes la terraza estuvo tapizada del color y olor de la hoja seca…
En la recogida 333 bolsas gigantes de basura embalaron su destino final
Ahora la ceiba esquelética y con capullos en la antesala del reverdecer
En la cúpula posa la última hoja que pavonea valiente
Resiste el caer y reta al viento con los rayos inclementes del sol
Quiere ser testigo de la nueva población de hojas
Pero un ocioso canario la fusila con su pico…
Rodrigo Ramírez Pérez, rorrro@rinconguapo.com