Rodrigo Ramírez Pérez, rorro@rinconguapo.com
El club de “Borrachos anónimos” busca un financista que haga realidad la idea del maestro Alfredo Pernet Morales (QDEP): el Ronducto.
Se trata de un servicio domiciliario de licor, semejante al acueducto, energía, internet y gas. Quienes estén interesados en el servicio del Ronducto, contarán con un dispositivo semejante a una llave pluvial que, en vez de entregar agua, despachará porciones de licor.
El sistema es sencillo: en la licorera, o en un estanco mayoritario, se dispondrá de unos tanques gigantes conectados a unas bombas de impulsión, que distribuyan el licor por una red de tuberías directamente a los domicilios de los borrachines, que pueden ser sus residencias o el lugar de los encuentros etílicos.
Esta idea nació en la imaginación del periodista Alfredo Pernet Morales, quien (en los años 50, 60, 70 y 80) fue reportero y editor del diario El Universal de Cartagena, que, para aquella época, tenía sede en la calle San Juan de Dios, del Centro Histórico.
De acuerdo con los datos que nos entregó el periodista Luis Tarrá Gallego, quien conoció a Alfredo Pernet y lo reconoce como su maestro, nos cuenta que la imaginación de aquel comunicador era sui generis, por sus maravillosas anécdotas, entre ellas, el Ronducto…
La idea nació en una de esas parrandas etílicas en el bar Las Redes, que quedaba en la calle San Pedro Claver, del Centro Histórico de Cartagena, sitio de obligatorios encuentros de los periodistas de la época, pues en esa misma calle fueron fundados el extinto Diario de la Costa y la desaparecida Agencia de Prensa Norte.
El bar Las Redes, donde Alfredo Pernet parió el Ronducto, era más que un espacio de encuentro etílico, pues ahí los periodistas de entonces tenían tertulias tipo consejos editoriales; y, prácticamente, era la sala de redacción alterna de los medios de comunicación vecinos.

Cuando a Luis Tarrá Gallego se le consultó sobre la anecdótica idea del Ronducto, se emocionó tanto que citó los nombres de muchos periodistas que dieron lecciones del ejercicio profesional muy creativo, y sus trabajos reposan en los anales de la historia de Cartagena de aquellos años 50, 60, 70 y 80.
Puntualizó Tarrá Gallego que Alfredo Pernet tenía muchas frases célebres para cada momento. Por ejemplo: cuando las cosas no iban bien, rezaba: “La procesión va por mala calle, el cura borracho y la virgen de espaldas…”

Ahora en estos tiempos de la Era Digital y de la Inteligencia Artificial, recrear el Ronducto es una genial idea. ¿Qué tal un servicio a domicilio exclusivo de licores, donde los domiciliarios en su vehículo tengan las bebidas a la mano, así como los Uber o InDrive, que están rodando a la cacería de clientes, en este caso el operario del Ronducto estará a la disposición de los borrachos