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Por Nohora…

Rodrigo Ramírez Pérez, rorro@rinconguapo.com

Mientras se oye al fondo Nostalgias*, mis memorias se remontan a aquellos años cuando iniciaba los estudios superiores… Una asignatura de integración donde todos los principiantes de los distintos programas asistíamos, ahí, conocí a Nohora…

Una joven guajira que desde niña había hecho su vida en la capital, aún, así conservaba su acento guajiro, lo extraño que muy poco cantaba o disfrutaba el vallenato… Su música preferida era otra, la trova cubana.

Gracias a Nohora conocí a Pablo Milanés y Silvio Rodríguez. Después vinieron todos los semejantes en la canción latinoamericana que nació en los años 60 del siglo pasado, quienes fueron el boom en esa época y las décadas siguientes para la comunidad estudiantil universitaria.

Seguir a esos cantantes que son otra propuesta musical muy distinta a la de mis preferencias hasta ahí, fue como mudarse a un barrio diferente al que estabas acostumbrado. Nunca más volví a ser el mismo, con esta música me sentí mejor, aquí me quedé, no me pienso cambiar.

La canción de Pablito y Silvio es esa poseía que me permite viajar por el mundo sin necesidad de visa. Lo mismo pasa cuando leemos libros que tienen una narrativa cautivadora.

Perdí la pista de Nohora como al tercer o cuarto semestre, ella, estudiaba artes plásticas y yo comunicación social; nunca fuimos novios y no recuerdo ni siquiera haberle tocado la mano, salvo las veces que bailamos. Sin embargo, casi todos los viernes nos íbamos a escuchar trova cubana y salsa; a veces el giro que enviaba mi padre ese día no permitía el encuentro, pero ella, decía: esta vez, yo gasto las cervezas…

Aquella mañana cuando me enteraba del largo adiós de Pablito, vino a mis recuerdos aquellos días universitarios cuando Nohora me lo presentó, y yo lo confundía con Silvio, ella, me corregía: Escucha bien, son similares en su canto porque es el mismo género, pero son distintos. Con el tiempo aprendí a diferenciarlos y me convertí en un seguidor, algo sé del trabajo musical tanto de Pablo como de Silvio, sin embargo, no me he aprendido una canción completa de ellos, prefiero que sea así, para reconocerlas cada vez que las escuche.

Nos queda todo un legado, por eso, desde aquella mañana recorro y reconozco el trabajo musical de Pablito, lo escucho convencido que su poesía es inmortal y seguirá llenando de luz poética los espacios terrenales donde ya no está… *Nostalgias, canción de Pablo Milanés del álbum, Días de Gloria, 2000.

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